Esto de estar desocupada tiene sus pro y sus contra.
Básicamente, soy una bosta; me acuesto relativamente temprano, me levanto tarde, prendo en pc para revisar mails y hablar por msn y me dedico a gastar las tardes en cuestiones recreativas. Es decir, no hago nada de nada ni medianamente útil para el mundo. Porque recién se cumple una semana de mi yo Arquitecta Arquitecta post- examen de título, pero como que ya me hace falta tener una obligación o algo fijo que hacer. Así que sigo en esto de inventarme los días lo más dinámicos que puedo y mandando de a poco algunos cv para ver si sale alguna pega pronto para mí. Porque para qué quiero tanto tiempo si no tengo plata para carretear y para comprarme las cosas que quiero? Ya me han dicho tanto que me tome un tiempo de asueto y que no piense en trabajar todavía; la cosa es que para mí todo esto fue como otro final de semestre: examen y después vacaciones. Así me siento, de vacaciones. El punto es que cuando miro el calendario, me siento rarísima vacacionando en agosto. Entonces me dan ganas de tener una pega, un horario pero ordenado, de oficina. Ese horario que te deja libre cuando todavía está de día para hacer lo que quieras sin preocuparte del proyecto y de la pega hasta el día siguiente. O sea, en otras palabras, ese horario que nunca logré tener en
En resumen, me siento igual que antes, pero de vacaciones. Porque en verdad, yo arquitecta soy hace rato, sólo que ahora tengo el reconocimiento del público.
No sé si me cambió la cara, probablemente sólo porque ya no tengo las ojeras de la semana previa al examen; camino igual de rápido que antes, porque no es de apurada, es porque camino rápido siempre; sigo pensando en el proyecto, en todo lo que le puede haber hecho con más tiempo; sigo mirando a la gente de la misma manera, sigo echando de menos las mismas cosas, sigo pensando las mismas tonteras…sigo siendo totalmente yo. Además, sigo teniendo la misma cara de niña que hace que me pidan el carnet en el Café Dante de Plaza Ñuñoa porque pedí una cerveza.
Y bueno, pasaron los 12 días, pasó el examen, pasó el stress, pasó todo eso.
Ahora espero a septiembre para retomar danza, reinicio mi trainning de trote y vuelvo a moverme en bici. Y ya tengo una lista con todas las cosas que no hago hace tiempo y que quiero hacer otra vez; patinar, pintar y hacer trapecio están en los primeros lugares. La cosa es no aburrirme, me carga hacer siempre lo mismo, ya lo he dicho antes, lo rutinario me desespera. Y hacer algo entretenido, viajar, moverme, conocer gente, cambiar el aire, borrar definitivamente las malas historias anteriores para empezar otras nuevas. Dejarme llevar un poco por la corriente, quién sabe a dónde me lleva…
Ahora que tengo tiempo de sobra y muchas horas de sueño en el cuerpo, soy la versión remasterizada de mi misma, o sea, soy todavía más cool: Valeria Fernanda Toro Pizarro, Arquitecto.
Si les mando un mail, eso es lo que van a leer como firma. Y si me ven y tienen la agudeza suficiente, van a darse cuenta de que estoy mejor que nunca.
Desocupada y todo, ya estoy disfrutando de lo lindo.